El dominio de locales en todos los cuartos es evidente, pero nadie ve clara la victoria ya que pese a que los pequeños Campeones disfrutan de diferentes ocasiones de gol, entre el portero y la mala suerte no consiguen que el balón entre en la red en las primeras incursiones que hacen al área rival.
Y ya sabemos que quién perdona en el césped, lo acaba pagando caro. En el tercer cuarto los visitantes consiguen adelantarse en el marcador en una jugada aislada aprovechando el despiste del portero local.
Pero las ofensivas y el dominio de los locales hacen posible que el último cuarto empiece con el gol del empate tras un barullo en el área de los adversarios. Animados por ese tanto y confiados en su superioridad en el terreno de juego, en la última jugada del partido los pequeños Campeones remontan el match y sumar tres nuevos puntos ante el delirio de la grada. Los futbolistas lo celebran por todo lo alto, tras tres jornadas en las que el triunfo se les había resistido.
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