Con el balón en los pies

Tal como indicábamos en la última crónica, llegó el día de la visita al campo del líder. Los Pequeños Campeones entrenan con intensidad mientras los místers les dan ánimos antes del crucial encuentro. La afición visitante está expectante y nerviosa en los minutos previos.

Una vez el match se inicia ambos equipos compiten con intensidad sin dar por perdido en ningún momento el balón. Tras un susto local con disparo al travesaño, los visitantes lo intentan y llevan el peligro al área local. Los dorsales 3 y 7 están inconmensurables en defensa repeliendo las acometidas locales. A la salida de un córner, el dorsal 5 establece el 0-1 de gol olímpico tras un fallo del portero originando el delirio en la afición visitante. Pero poco dura la alegría porque tras un malentendido defensivo los líderes igualan el marcador de un fuerte chute.

El segundo cuarto sigue con la misma actitud con pocas ocasiones para los contendientes. Las defensas se imponen a los ataques y ninguno de los jugadores empequeñece en los lances del partido. 
Tras el descanso de la media parte ambos equipos salen a por el partido y aunque las ocasiones siguen escaseando la presión local surte efecto y los líderes se adelantan en el marcador. La afición de los visitantes sigue animando a los Pequeños Campeones y tras una falta botada por el dorsal 11 -que el portero no puede atajar- el dorsal 8 se adelanta a la defensa y vuelve a poner tablas en el marcador. 

En el último cuarto los jugadores se dejan el aliento en cada acción. Un gran pase del dorsal 10 deja al dorsal 2 delante del portero pero el chute cruzado es atajado sin problemas por el portero local. En la siguiente jugada los delanteros locales perdonan el 3-2. Con ambos equipos pidiendo la hora, el árbitro da por finalizado el encuentro.

Gran partido de ambos contendientes, pero el resultado no favorece a los intereses de ninguno de los dos. Los locales han perdido el liderato y los Pequeños Campeones están más lejos del primer puesto. En definitiva, un partido muy intenso, donde ambas escuadras han realizado un derroche de intensidad sin premio y lo más importante, con deportividad. No como la afición local, que no contenta con el resultado ni con la actuación del colegiado increpó al árbitro una vez finalizado el match poniendo en entredicho sus decisiones en el terreno de juego.